Ser inmortales

Constantemente el ser humano hace cosas para que lo recuerden. Pero, ¿a qué se debe?, ¿Por qué se preocupan por tener un espacio en la memoria de otra persona? Tal vez responda al reconocimiento. A la idea de dejar una huella a lo largo del tiempo, a pesar de que nos llegue la muerte. También se debe tomar en cuenta la vanidad. Siempre querer ser exaltado por los actos que se realizan en algún momento. Nada mejor como unas felicitaciones después de hacer algún trabajo, el ego inmediatamente sube y las personas se sienten engrandecidas. Por el contrario, también existen seres que se sienten grandes cuando realizan algún hecho macabro o mal visto por la sociedad. En el mundo hay para todos.

Una de las formas para pasar a la eternidad es la palabra escrita. En ella se plasman las ideas de cada quien. Suele ser una forma eficaz para tener testimonio de algún momento. El peso de la palabra escrita es fuerte, el hecho de que se encuentren unas letras combinadas en un papel compromete y si no pregúntenselo a un abogado (solo por colocar un ejemplo). Pero sin ir muy lejos por qué escribir. Siempre hay una esperanza de que alguien nos lea y le interese. Y mejor aún, nos dé a conocer. En el caso de Antígona, al final de la pieza ella le dice a un soldado que le escriba una carta que manifestaba sus sentimientos. Es desesperante saber que vas a morir y lo único que quedará de ti serán tan solo algunas palabras. Las personas intentan expresar todas sus emociones, pero la palabra siempre será un símbolo y probablemente no refleje todo lo que se quiere. El autor genera un escrito y el lector genera otro. Es decir, cada quien lo interpretará según sus experiencias. La idea de implicar a un tercero suena interesante, pues se convierte en un testigo que actúa e interpreta los hechos de una manera distinta. En fin, el ser humano se inventara cualquier cosa para ser inmortal.